lunes, 30 de abril de 2012

La mentira del cambio climatico

Hace un par de día conocimos que James Lovelock, padre del concepto Gaia y uno de los gurus del calentamiento global, reconocia que las predicciones sobre el calentamiento global no habían sido correctas.

“The problem is we don’t know what the climate is doing. We thought we knew 20 years ago. That led to some alarmist books – mine included – because it looked clear-cut, but it hasn’t happened,” Lovelock said

El antropocentrismo humano es tan grande que nos creemos capaces de cambiar el clima humano con menos de doscientos años de revolución industrial y emisiones de CO2. Usando ciertos modelos predictivos, nuestra corta memoria en temas de clima, intensas campañas de comunicación y a famosos y políticos nos han comido el coco con el calentamiento global. Asi miles de millones de euros, cientos de funcionarios e investigadores se dedican cada año a este tinglado. Los políticos han creado oficinas y organismos a tutiplén al amparo de esta moda; así la ONU montó el Panel Intergubernamental del Cambio Climatico (IPCC); en España tenemos la Oficina del Cambio Climático del Estado, una por Comunidad Autonoma y otra por provincia (¡Vaya despilfarro!)

Como podemos ver mucha gente vive de y para el cambio climatico, por eso hay que alimentar el "circo del cambio climatico" continuamente, no sea que el contribuyente se de cuenta del camelo. En ello se afanan prestigiosos politicos y cineastas, p.e. Al Gore y su documental "Una verdad incomoda".

El tema del camelo del montado por los progres de España y el resto mundo a cerca del calentamiento global ya lo traté en este blog hace 2 años. Pero ademas de la confesión de James Lovelock hay otros datos que poco van desmontado el "circo del cambio climatico".

  1. La temperatura global registrada es la más baja de los últimos 14 años
  2. La superficie ocupada por los hielos polares es un 17% más grande que la media del periodo 1979-2009 (es decir, los polos parece que no se derriten)

I've just completed Mike's Nature trick of adding in the real temps to each series for the last 20 years (ie from 1981 onwards) amd from 1961 for Keith's to hide the decline. Mike's series got the annual land and marine values while the other two got April-Sept for NH land N of 20N. The latter two are real for 1999, while the estimate for 1999 for NH combined is +0.44C wrt 61-90. The Global estimate for 1999 with data through Oct is +0.35C cf. 0.57 for 1998.

Muchos creyentes en el cambio climatico me tacharan de negacionista tras leer este post.

En realidad soy un exceptico por mi formación cientifica, en la universidad me enseñaron que los cientificos solo nos debemos guiar por el método cientifico al crear teorias sobre los fenomenos que nos rodean. Uno de los pilares del método cientifico es la refutabilidad, es decir, la capacidad de que toda teoria sea falsa y se pueda demostrar empiricamente.


¿Qué tenemos hasta ahora de la predicciones de los gurus del cambio climatico?

Pues tras más de 20 años de asustarnos con el deshielo de los polos, la inundación de medio planeta, la desertificación del otro medio, etc para el año 2025, no hay nada de nada.

Para concluir os dejo una pregunta inocente, ¿Cómo es posible que nos creamos capaces de predecir el clima de dentro de 20-30 años si no sabemos lo que va a suceder dentro de 3 semanas?

jueves, 19 de abril de 2012

La parodia nacional

Hace unos años, existía en un programa en Antena 3 televisión en el que un grupo de cantantes interpretaban canciones, más o menos populares, a las que se había cambiado la letra para hablar de un tema de actualidad.

Si la semana que concluyó el pasado domingo ha estado repleta de noticias, algunas con mucha guasa y otras muy preocupantes, la que empezó este lunes va camino de ser esperpéntica para España y los españoles. Para hacer un repaso de los acontecimientos más relevantes usaremos la metodología inventada por el programa "La parodia nacional"

"No es seria esta monarquía" (parodia del éxito de Mecano, No es serio este cementerio)

La figura de D. Juan Carlos I, principalmente por su papel fundamental en la Transición española y en el golpe de estado de 1980, había permanecido en un pedestal para los españoles hasta el pasado fin de semana. La idolatría hacia el Jefe de Estado era tal que muchos que se definen como antimonárquicos son juancarlistas. Sin embargo, parece que el Rey ha firmado el epitafio de su popularidad con su accidente de caza. Para mi no se le puede reprochar nada a nivel ético o personal, como cualquier persona puede disfrutar de sus vacaciones cómo el estime oportuno. La reprobación es de carácter estético, cuando uno es una figura pública y con un cargo político o de representación, no solo se debe guiar por la ética y el rigor en sus decisiones y actuaciones, también debe evaluar la estética. Es decir, la aplicación de la máxima clásica recogida por Plutarco, "no basta que la mujer del César sea honesta, también tiene que parecerlo"

Viñeta de Ricardo publicada en El Mundo


La Familia Real parece haber entrado en un proceso de degeneración que, fortalece la posición de aquellos que abogan por la eliminación de la monarquía por medio de la proclamación de la III República. El proceso se inició con la elección de los consortes reales para las infantas, siguió con los negocios espurios del yerno y continúa con los accidentes cinegéticos del nieto y del abuelo.

Me duele la cara de ser tan falso (parodia de la canción de Los Inhumanos Me duele la cara de ser tan guapo)

Especialmente dedicado al partido socialista y, especialmente, a su Secretario General. Para estos señores parece que el mundo empezó el pasado mes de diciembre con la investidura del señor Rajoy.

Durante el Gobierno del señor Zapatero se dedicaron a aislar al Partido Popular en la decisiones del gobierno, muchas veces rompiendo unilateralmente el consenso de muchos años en la elección de puestos claves para el funcionamiento del Estado, p.e. la designación de MAFO como Gobernador del Banco de España. Así como fomentando el aislamiento social, cuando no la estigmatización del principal partido de la oposición, con el famoso "cordón sanitario". Posteriormente, cuando la crisis económica no se pudo ocultar más y Zapatero sufrió su Pearl Harbour particular, se pidió al PP un apoyo incondicional a la decisiones económicas del gobierno. Se acusó entonces al PP de antipatriótico (Rubalcaba dixit) por no dar un cheque en blanco al gobierno del sr. Rodriguez Zapatero.

Cuando las tornas han cambiado y gobierna el PP, el PSOE se permite el lujo de votar en contra de la Ley de Estabilidad, que desarrolla el cambio introducido en la Carta Magna tras el acuerdo entre Rajoy y Zapatero cuando este último era presidente. La situación en la que nos encontramos hoy en día es debida a la crisis económica y la espantosa gestión de la misma realizada por el PSOE. Ahora mismo, las dudas que tienen los inversores sobre España, y que provocan los salvajes ataques a la financiación del Estado a través de la escalada de la prima de riesgo, se deben a que somos prisioneros de las famosas palabras del Zapatero "nuestro sistema financiero es uno de los mejores del mundo" y de la gestión de MAFO al no permitir la quiebra de las cajas de ahorro que estaban en quiebra técnica por no desmentir a su mentor político.

Otra actitud recurrente de la izquierda española es el cuestionamiento de la legitimidad de la derecha para gobernar. Para ello no dudan en usar de una forma endiablada la ley del embudo. Así, cuando "la calle" masivamente protesta contra las decisiones a los gobernantes de izquierda, p.e. movilizaciones contra el aborto, etc, la izquierda invoca que les avala la legitimidad de las urnas. Cuando "la calle" se manifiesta en contra del PP, p.e. con la fallida huelga general del 29-M, la izquierda invoca que el PP ha perdido la legitimidad del pueblo ¡Viva la coherencia! En qué quedamos, ¿la legitimidad la dan las urnas o las manifestaciones?

No puedo finalizar este post sin hablar del populismo argentino que tanto daño ha hecho a ese gran país.

Veneno en la piel (el titulo de este apartado no esta parodiado porque el éxito de Radio Futura le va como anillo al dedo de la señora Fernández de Kirchner)

Como en la canción, la Presidenta de Argentina se ha intoxicado a partes iguales con el populismo peronista y las demenciales ideales de Hugo Chaves.

La decisión de nacionalizar las acciones de Repsol en YPF esta muy bien para consumo interno y desviar la atención de la crisis energética que vive Argentina, gran paradoja teniendo en cuenta que es un país con unas grandes reservas de petróleo y gas. Pero es una de las peores decisiones para Argentina y los argentinos, poner en cuestión el principio de seguridad jurídica pone en riesgo el atractivo de Argentina como país receptor de inversiones internacionales. Si un inversor no tiene seguridad de recuperar su dinero si invierte un país determinado, ese país puede tener la seguridad que nadie irá allí. Y el gran problema que tiene Argentina es que, a pesar de sus ingentes recursos naturales, necesita la inversión extranjera para progresar económicamente y demostrar que su puesto en el G-20 es real. Argentina es uno de los grandes ejemplos del siglo XX de cómo sus políticos persistentemente se dedican a torpedear la economía del país.


-- Juan Pedro Franco

 

 

 

viernes, 6 de abril de 2012

¿Dónde esta Dios?

Es sorprendente lo que los seres humanos nos perdemos en nuestro transito por la vida; podemos pasar al lado de un afamado violinista que toca anónimamente en una estación de metro; perdemos las capacidades de sorprendernos y preguntarnos el porqué de todo, pero sobre todo, perdemos la capacidad de establecer una amistad sincera y sin reticencias.

Hoy, como muchos días, estaba observando a mis hijas mientras estaban jugando en la piscina, de repente se ha acercado otra niña y ha dicho una frase mágica: "hola, me llamo Elena, ¿quieres ser mi amiga?" Dicho y hecho, se han pasado la mañana jugando como si fuesen amigas de toda la vida.

Y te preguntaras, ¿Por qué me cuentas esto?

Hoy es Viernes Santo, estamos a punto de rememorar uno de los pasajes más duros de la vida de Jesucristo, el prendimiento, juicio y muerte del Salvador.





Pero, ¿por qué recordamos los cristianos este hecho luctuoso? Porque es el punto de inflexión en la redención del Hombre, con la muerte del nazareno se expían los pecados de la humanidad, inagurándose la Nueva Alianza entre Dios y el Hombre. Para los cristianos también es el paso previo e ineludible que conduce a la resurrección, a la vida eterna, a la comunión en Dios. Como dijo San Pablo: "si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe".

El Hijo de Dios se hizo hombre para enseñarnos que el Padre seguía creyendo en la salvación del Hombre. Que a pesar de todas las infidelidades, debilidades, traiciones e idolatrías cometidas por la humanidad, Dios confía en la salvación de la culminación de su creación, nosotros los hombres.

Jesús, como los niños, nos ha dicho: "hola, soy Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios, y te ofrezco mi amistad" Sin pedir nada a cambio, nos ofrece la salvación, la renovación del hombre viejo. Ese hombre viejo que, por medio del bautismo, renace a una nueva vida llena de plenitud.

Si miramos ahí fuera, a la realidad que nos rodea: crisis económica, de valores, relativismo moral, hambrunas, guerras, etc, parecería que Dios no existe. Muchas personas se preguntan: ¿dónde esta Dios? ¿Cómo puede permitir tanto sufrimiento? No entienden que si existe un dios bondadoso, este permita tantas injusticias, tanto odio, tanto dolor y sufrimiento. Pero no se dan cuenta que todo ese mal lo provoca el hombre y su libre albedrío. Sí, el hombre, creado a semejanza de Dios, esta dotado de libre albedrío, eso hace que sus acciones no estén sujetas o controladas por Dios; por tanto, las consecuencias de ellas son solo responsabilidad de este. Es decir, el mal que causan las acciones y/o decisiones de los hombres son responsabilidad única del Hombre.

Como Jesús nos enseñó, Dios esta en cada uno de nosotros cuando hemos grabado a fuego en nuestro corazón el resumen de las enseñanzas del Nazareno: "amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo". Es fácil decirlo, pero difícil cumplirlo. He aquí nuestro camino de redención, el cual esta plagado de baches que nos hacen caer en el pecado por nuestra débil condición humana. Pero contamos con un arma poderosa, el sacramento del perdón y la reconciliación. Y en estos días que nos preparamos para la resurrección del Señor tiene un valor mayor.

En el año 2012, fecha apocalíptica para los interpretes agoreros del calendario maya, nos adentramos en un cambio de ciclo, que fue lo que los mayas predijeron. Para muchos, este segundo milenio verá la segunda venida del Salvador. Dos pensadores del siglo pasado, aunque desde distintos puntos de vista, hicieron un pronóstico similar acerca del siglo XXI. El primero, A. Malraux, novelista francés, afirmó de una manera más general: "El siglo XXI o será místico o no será". Por su parte el teólogo alemán K. Rahner, ya de una manera más específicamente cristiana, vino a sugerir el mismo pensamiento: "El hombre religioso de mañana será un místico, una persona que ha experimentado algo, o no podrá seguir siendo cristiano... El cristiano de mañana será místico o no será cristiano”

¡¡¡Aleluya, aleluya!!! Porque el Salvador ha resucitado.


-- Juan Pedro Franco

martes, 3 de abril de 2012

La España desvertebrada

Hoy transcribo literalmente un articulo de César Molinas, publicado en El País, por la excelente disección de la invertebración de la nación española, que ha sido una de las causas de porqué la crisis nos afecta más a nosotros que a otros países de nuestro entorno.





¿Existe el 'problema catalán'?

Se cumplieron el año pasado 90 años de la publicación de La España invertebrada, uno de los libros más odiados por el españolismo ultramontano. Vale la pena releerlo, porque es un nonagenario lleno de frescor y actualidad (iam senior, sed cruda deo viridisque senectus, escribió Virgilio).

En este artículo voy a argumentar que España, para salir de la presente crisis, necesita un proyecto de futuro más audaz, más motivador y más urgente que otros países europeos. La razón es que la cohesión nacional es, comparativamente, muy baja, y que para superar los obstáculos del presente hace falta un fuerte estirón desde el futuro. En primer lugar discutiré la experiencia nacional de España partiendo de la idea de nación de Ortega. A continuación analizaré las importantes diferencias que tiene España como Estado-nación con otros países de nuestro entorno como Francia o Portugal. Por último, resaltaré el carácter anacrónico de la construcción nacional en pleno siglo XXI y defenderé que el mencionado proyecto tiene que poner el énfasis en la construcción de una sociedad que maximice las oportunidades que se les ofrecen a los individuos.

Para Ortega, una nación se define por un proyecto de futuro con capacidad integradora, dirigido por un pueblo con autoridad para mandar. Es un concepto muy amplio que incluye, por ejemplo, al Imperio romano (nación latina dirigida por Roma). España tuvo ese tipo de proyecto, por lo menos hasta el siglo XVII, vertebrado por una Castilla que sabía mandar y mandaba. La historia de una nación es la historia del proceso de integración, mientras el proyecto de futuro se mantiene vigoroso, y también la historia de la desintegración, cuando el proyecto desfallece. Una nación también puede verse como un equilibrio entre fuerzas centrífugas, que siempre permanecen vivas, y la fuerza centrípeta que emana del proyecto integrador. Cuando esta última se debilita, porque el proyecto se agota, las fuerzas centrífugas se manifiestan con todo su potencial. En el siglo XVII el proyecto español se anquilosa porque las clases dirigentes se vuelven inmovilistas y reaccionarias (en el primer artículo de esta serie, España, capital Madrid, di una explicación braudeliana de este proceso basada en la geografía: hay, por supuesto, otras explicaciones, complementarias o alternativas). Esta es la historia de España desde entonces: primero se va Flandes; luego sigue Nápoles; más tarde marcha América; a continuación, Filipinas y Cuba; también las provincias africanas, y ahora Cataluña y el País Vasco se lo están pensando… Es llamativo que no hubiera un diagnóstico certero de lo que estaba ocurriendo hasta 1921, y es significativo que, una vez publicada La España invertebrada, cayese sobre ella un espeso manto de silencio. Así que se sigue hablando del problema catalán evitando extraer denominadores comunes con el problema filipino, el problema americano o el problema flamenco. El problema no está en las fuerzas centrífugas, que siempre han estado ahí, sino en la fuerza centrípeta, cuyo atractivo integrador se perdió hace siglos.

En 1939 España devino una “unidad de destino en lo universal” en la que los protocatalanes Indíbil y Mandonio ya encarnaban hace dos milenios las esencias patrias de una España eterna e inmutable. Que todo esto fuese risible desde cualquier perspectiva histórica seria no fue óbice para que este milenarismo fantasioso se consolidase como el paradigma desde el que un sector de la población española —el que tiene como intelectual orgánico a la Iglesia católica— concibe pasado, presente y futuro. En lo que sigue —y con el único ánimo de abreviar— me referiré a este sector como “Indíbil y Mandonio”. Sus concomitancias con la base social del capitalismo castizo son muy grandes. Su alianza estratégica con la izquierda aglutinada en torno al movimiento sindical —en adelante, “los sindicatos”— para hacer fracasar la reforma estructural es una de las claves para entender la política de fondo de la España actual. La pinza reaccionaria formada por Indíbil y Mandonio y los sindicatos para defender el statu quo —en adelante “la pinza”— es el mayor obstáculo que tiene que superar cualquier programa coherente de reforma estructural. Pero dejo esto para más adelante, en el cuarto y último artículo de esta serie, para concentrarme ahora en otro tipo de obstáculos que tiene que afrontar dicho programa: la débil cohesión resultante de las peculiaridades de la construcción de España como Estado-nación.

En un artículo publicado en EL PAÍS en 2009, España y la Historia (así, con mayúscula) defendí la tesis de que España, como Estado-nación, se quedó a medio cocer. El porqué hay que buscarlo en el papel que ha tenido la guerra en la construcción de las naciones. La guerra, terrible como es, ha sido un motor importantísimo de la innovación, de la tecnología, de la investigación fundamental y del cambio social y moral. En apoyo de esto último, quizás lo más llamativo de la frase anterior, recuerdo el pensamiento de Sartre tras Hiroshima y Nagasaki: “Al abrir por primera vez la posibilidad del suicidio colectivo, la bomba nos hace definitivamente libres”. Si no fuese por la guerra —repito, terrible como es— todavía seríamos monos. La idea de nación aplicada al arte militar permitió a Napoleón extender las levas al conjunto de la población y así movilizar ejércitos de tamaño nunca visto hasta entonces. Hubo más muertos en cualquier batalla napoleónica que en todas las batallas del siglo XVIII tomadas conjuntamente. Otras potencias europeas, para poder defenderse en igualdad de condiciones, tuvieron que recurrir a la misma idea que, por revolucionaria y francesa, por supuesto detestaban. De este modo, la capacidad de movilización de la población se convirtió en la clave de bóveda de la estrategia militar del siglo XIX. Para incrementar el poder militar del Estado se tenía que fortalecer a la nación y para eso se tenía que aumentar la cohesión nacional. La escolarización obligatoria, las pensiones para la vejez y otras medidas que entran dentro de lo que hoy en día se conoce como “conquistas sociales” se introdujeron, lo que son las cosas, en la Prusia bismarckiana como elemento clave de una estrategia militar a largo plazo. Otros Estados europeos no tuvieron más remedio que unirse a esa escalada militar, y así nació lo que hoy en día conocemos como el Estado de bienestar.

Los Estado-nación modernos se cocieron en el fuego de las guerras europeas de los siglos XIX y XX. Por decirlo deprisa y mal, Francia se hizo francesa matando alemanes, y viceversa. Las guerras contra el enemigo exterior son muy cohesivas y, como resultado de estas guerras, se fraguaron unos Estado-nación muy cohesionados, es decir, con fuerte sentido del Estado y del interés general, capaces de abordar empresas nacionales con el apoyo muy mayoritario de la población. Mientras todo esto sucedía en Europa, en España nos dedicábamos a matarnos los unos a los otros en una cruenta sucesión de guerras civiles: tres guerras carlistas en el siglo XIX y una guerra civil en el XX que dejó tras de sí un millón de muertos. Las guerras civiles no son cohesivas, sino divisivas y por ello no es de extrañar que el grado de cohesión que muestra España sea mucho menor que el de, por ejemplo, Francia o Alemania. En España la noción del interés general, o nacional, es débil, y apenas hay políticas de Estado: el aborto es o no delito dependiendo de quien gobierne; las prioridades de la política exterior cambian con el Gobierno de turno; también las educativas; no ha sido posible consensuar las reformas estructurales más importantes (pensiones y mercado de trabajo) que han acabado siendo utilizadas como arma electoral por el partido entonces en la oposición… España no ha llegado a ser un Estado-nación moderno porque le falta la cohesión interna necesaria para serlo. Una comparación con Portugal, país que tiene una fortísima cohesión, a pesar de no haberse visto involucrado en ninguna guerra europea en los dos últimos siglos, sugiere que el problema español no viene tanto por la falta de ardor guerrero en el exterior como por el exceso de ese ardor que hemos tenido en el interior.

Así las cosas, España se enfrenta a una crisis profundísima en la que cabe distinguir dos niveles. Por una parte hay un componente cíclico, que afecta de manera desigual a todos los países del mundo. España es uno de los países europeos más afectados porque en tiempos de bonanza no hizo las reformas que ya entonces se sabían necesarias: mercado de trabajo, pensiones, Justicia, Administración(es) Pública(s), enseñanza, cajas de ahorros, energía, vivienda… El espejismo de la burbuja inmobiliaria, la feroz resistencia de la pinza y la incomprensión, cuando no cobardía, de los Gobiernos nos han llevado a una situación que no solo es muy mala, sino muy susceptible de empeorar. Los gobernantes del PSOE se fueron sin explicitar un diagnóstico de lo que nos estaba ocurriendo. Yo creo que, en su aturdimiento, no lo tuvieron nunca. Entraron los del PP y tampoco parecen saber qué nos pasa. Hacen —dicen— lo que manda Bruselas. Y reforman el mercado de trabajo —más bien que mal— y suben los impuestos y recortan los gastos —más mal que bien—, pero sigue sin haber un diagnóstico creíble de la crisis más allá de que la culpa de todo la tiene Zapatero.

El problema no está en las fuerzas centrífugas, sino en la fuerza centrípeta
Más importante todavía: no hay un plan de futuro que aclare hacia dónde nos dirigimos e ilumine el camino que debemos recorrer. El desconcierto de la población, desde el #nimileurista hasta el empresario, es total y, dada la previsible larga duración de la crisis, raro será que este desconcierto no se transforme en resistencia. Portugal está llevando a término un durísimo programa de ajuste dictado y controlado por la troika europea y el FMI. Aunque tampoco saben adónde van, la población está demostrando una disciplina férrea porque la cohesión nacional es muy grande. Es probable que el programa consiga la estabilización macroeconómica, que es lo que pretende. Yo no veo a España haciendo una cosa así.

La Transición fue un éxito porque había ambiciones explícitas que cohesionaron a la población: democracia, Europa, Estado de bienestar. Enfrentarse a los retos actuales requiere ambiciones nuevas, articuladas en un programa que, por las razones expuestas hasta aquí, debe ser más audaz y motivador que el que puedan necesitar otros países de nuestro entorno. A este programa dedicaré el próximo, y último, artículo de esta serie.

El segundo nivel de esta crisis, más profundo que el primero, tiene que ver con los cambios que ha sufrido el mundo desde la caída del muro de Berlín en 1989. Los cambios han sido muy importantes en lo económico, en lo social, en lo militar y en lo político.

En lo económico ha habido una rapidísima globalización que, unida a la disciplina monetaria impuesta por el euro, ha puesto muy difícil que España pueda competir por costes en la economía global. No nos queda más remedio que apostar por otra cosa. En lo social, la implantación de Internet y de la web incrementa exponencialmente las interacciones entre humanos y, como consecuencia, provoca una mayor aceleración de las innovaciones y del progreso en todas sus dimensiones: científico, tecnológico, cultural y moral.

En lo militar, al cambiar la naturaleza de la guerra, se han profesionalizado, reducido e, incluso, privatizado los ejércitos, cuya actividad bélica no depende ya de la capacidad de movilización de la población. Eso quiere decir que la cohesión social y el Estado de bienestar tienen ahora menor importancia estratégica militar que en los siglos XIX y XX. Y, en lo político, las tareas de construcción nacional propias de la Edad Moderna han quedado anacrónicas: los Estados-nación no desaparecerán, pero perderán competencias tanto por descentralización como por centralización en organismos supranacionales. Esto está ocurriendo ya en Europa y es algo de lo que deberían tomar buena nota nuestros nacionalismos peninsulares.

En este contexto más global y con menos certidumbres personales, políticas y sociales, el programa que España necesita debe poner el énfasis en maximizar las oportunidades que se ofrecen a los individuos; en fomentar su iniciativa y su creatividad; en devolverles la responsabilidad sobre las decisiones que tomen o dejen de tomar sobre sus propias vidas; y en mantener una red de protección social que, sin desincentivar el esfuerzo personal, garantice las igualdades básicas de los ciudadanos frente a la educación, la enfermedad y la vejez
.

Autor: César Molinas, matemático y economista, es barcelonés de nacimiento y madrileño de adopción. Ha sido académico, gobernante y banquero de inversión. Actualmente se dedica al capital-riesgo en biomedicina y la consultoría.


-- Juan Pedro Franco

LinkWithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...