La minería es un ejemplo de resilencia mediada por la propensión a la subvención que tenemos en este país. Esta si que es la nociva herencia que nos dejó el franquismo y su modelo de estado paternalista. Ese estado de inspiración fascista que cuidaba de sus súbditos, proviendoles de los niveles de básicos: educación, sanidad y trabajo. Y que se define perfectamente por la siguiente propagandística frase: "Ni un hogar sin lumbre, ni un español sin pan"
El carbón nacional una energía sentenciada
Desde los años 80 del siglo pasado la minería española era inviable por varios factores:
- El carbón es una fuente de energía "sucia". La quema de carbon es más contaminante que el uso del gas u otras fuentes fósiles, principalmente por el contenido en azufre, promotor de la nociva "lluvia acida" que asoló los bosques centro-europeos.
- La competencia de los países de Europa oriental, que producen la tonelada de carbon un 50-60% más barata que la española
- El carbón tiene unos altos costes de transporte y manipulación, lo que hace que sea poco competitiva frente a otras energía.
Así comenzó la reconversión del carbón hace más de 30 años. Desde entonces, todo el mundo sabia que la minería española estaba llamada a morir, la subsistencia de la misma solo sería posible a base de subvencionarla ad aeternum. Así que todos los implicados se pusieron manos a la obra para asegurar el futuro de las cuencas mineras a base de subvencionar la... ¡minería!.
Sí, has leído bien, en lugar de poner en marcha planes de incentivos para cambiar el modelo productivo de las cuencas, todos los actores implicados lucharon por el mantenimiento o incremento de las subvenciones. Los políticos para no perder las elecciones, los empresarios porque se aseguraban unos pingües beneficios sin tener que competir -la venta estaban aseguradas, las eléctricas TENIAN que comprar la producción- los mineros aseguraban sus puesto de trabajo, que significaban unos altos ingresos y una jubilación muy temprana -no entro a valorar la justificación de los ingresos por los altos riesgos laborales y de salud que supone ser minero- y las comarcas mineras.
I reconversión 1985-1992
Al poco de llegar el PSOE al gobierno y con la incorporación a la Comunidad Economica Europea, comienza el cierre de explitaciones y las prejubilaciones doradas en la mineria, sector que en esos años empleaba a casi 60.000 mineros y producia casi 20 millones de toneladas de carbón.
II reconversión: 1998-2005
En esta segunda reconversión, las cuencas asturianas, leonesas y palentinas han sido las más afectadas. De los 4,36 millones de toneladas de producción anual perdidas en toda la minería española, el 41,55% fue carbón leonés y palentino; y de los 9.714 mineros que ya no existen, 3.616 (un 37,22%) son de estas cuencas. Sólo Asturias supera estas cifras, con casi 1,4 millones de toneladas menos y 5.016 puestos de trabajo que ya no existen en el sector.
Hasta el 2009, solo en las cuencas asturianas se habían "enterrado" casi 600 millones de euros de inversión para cambiar el modelo productivo pero sin lograr la reactivación.
III reconversión: 2010-2018
Ante la inviabilidad de la producción minera en Europa sin subvenciones, el Consejo de la Unión Europea, en su resolución de 2010/787/UE, fija el cierre de las minas no competitivas en 2018; para ello emplaza a los estados miembros a establecer un plan de cierre, diseñado y detallado pozo por pozo y año a año. Por ejemplo, en España el Ministerio de Industria comunicó a HUNOSA, la compañía minera publica, el plan de cierres el 11 de julio de 2011.
El peso de la ideología
Aunque las sucesivas reconversiones han ido reduciendo la fuerza laboral en la minería, el peso económico de la misma en ciertas zonas es todavía muy grande. Además, los sucesivos gobiernos socialistas han manejado esta cuestión con un fuerte dualismo entre las exigencias de Europa y el voto minero. No hay que pasar por alto que las zonas mineras han sido el ejemplo, baluarte y estandarte de la lucha de clases más trasnochada del siglo XIX. Por eso, la prensa y los políticos de izquierda dan el mensaje de que detrás de la situación de crisis de la minería esta el ataque capitalista de la derecha. Para muestra las siguientes declaraciones Bob Crow (Secretario General del sindicato ingles RMT):
"Nos damos cuenta alarmados de que el peso del Estado español está cayendo sobre vosotros, igual que el poder del Estado británico fue dirigido contra los mineros en Gran Bretaña en 1984 y 1985, cuando los mineros españoles nos dieron una valiosa ayuda". "No hay nada que los capitalistas teman más que la resistencia unida y con determinación del pueblo trabajador",
Lo que siempre me ha sorprendido de las protestas de los mineros es la extrema violencia que usan. Si tengo un recuerdo vivo de los años ochenta son las protestas mineras de los años 80; que al igual que las que estamos sufriendo ahora contienen elementos de guerrilla urbana, movimiento revolucionario y entrenamiento cuasi para-militar. Solo basta ver algunas imágenes donde los mineros usan lanzacohetes caseros, se parapetan detrás de escudos de acero, etc.
¿Qué pagamos los españoles con el recargo de la minería que va en la factura de la luz?
Sí, si no lo sabias, la factura de la luz lleva un recargo por el carbón que sirve para pagar parcialmente el compromiso de compra del carbón nacional. Como el precio internacional del carbón es más bajo que el coste de extraerlo en España, el Estado paga a las empresas mineras la diferencia. Así, las eléctricas pagan el 60% del precio de extracción y la administración el 40%.
Pero, ¿cuál ha sido la chispa que ha originado el incendio actual?
El ajuste presupuestario de 2012, que ha reducido en un 70% el presupuesto del gobierno destinado al pago de las subvenciones (de 301 a 111 millones de euros, es decir, de 50.000 a 17.000 millones de pesetas) a las explotaciones mineras. Así como la falta de liquidez de las empresas mineras para el pago de las nóminas provocado por el anterior gobierno, que dejó el cargo sin pagar las subvenciones a la explotación correspondientes al último trimestre del ejercicio 2011, setenta y cinco millones de euros.
Te dejo unas preguntas:
¿Crees que la extrema violencia empleada por los mineros es justificable?
¿Crees que debemos mantener la industria minera aunque sea altamente deficitaria?