Nuestra sociedad esta plagada de personajes mediáticos que, erigidos en portavoces de la modernidad, la progresía o simplemente del Pueblo, se permiten dictar desde los púlpitos electrónicos que les facilitan las cadenas amigas -curiosamente todas ellas privadas, a pesar de clamar contra el control privado de los medios de comunicación- las directrices de la buena urbanidad y de la corrección política.
Así un buen progre moderno se debe poner morado pidiendo la prohibición de las corridas de toros, los encierros o cualquier otra fiesta popular que involucre a un animal, argumentando que los animales no deben ser maltratados por un supuesto derecho histórico o festivo. Al mismo tiempo, se debe indignar y atacar virulentamente a aquellos que pretenden la defensa del niño engendrado pero condenado a muerte, para ello alegará que la mujer tiene el derecho inalienable al control de su cuerpo. Y yo me pregunto, ¿cómo alguien puede dormir por la noche después de haber defendido por la mañana el derecho a aniquilar niños y por la tarde manifestarse para prohibir que se mate a un toro en la plaza?
En el manual del joven progre con aspiraciones de cambiar el mundo esta escrito que hay demonizar las democracias occidentales por ser parodias de las verdaderas y genuinas democracias socialistas puestas en marcha en Venezuela y en Cuba. Así en cada ocasión que tenga el joven progre acusará a los gobiernos de derecha de dejar la Constitución en papel mojado y de manipular las elecciones y exigirá "Democracia Real Ya". Y yo me pregunto, ¿si tan imperfecta y totalitaria es la democracia española cómo es que tantos alcaldes, concejales y diputados regionales progresistas han salido de las urnas de mayo?
Y es que la infabilidad que le confiere al progre el considerarse propietario de la verdad y de la voluntad del pueblo, por la gracia de Carlos Marx y su apóstol Lenin, le permite una dualidad que empequeñece a la teoría de la dualidad de la luz (ver aquí). Así se puede permitir la paradoja de gritar a los cuatro vientos que la nueva Ley de Seguridad Ciudadana es una "Ley mordaza" mientras critica tibiamente que un opositor venezolano sea condenado a 14 años por manifestarse. Y yo me pregunto, ¿qué dirían si un joven encapuchado y luchador por las libertades fuese condenado en España a 14 años de cárcel por altercado y desordenes públicos en una manifestación?
El paroxismo de la ambivalencia del homo progre se alcanza con la indignación que le causa la imagen de un niño ahogado yaciendo en una playa a las puerta de Europa -imagen lamentable que pone de manifiesto la inoperancia de la Unión Europea- y la indiferencia, por no decir alegría, que le producen las imágenes de las torturas, violaciones y asesinatos de niñas y niños cristianos a manos del ISIS. Y yo me pregunto, ¿no tiene que ser la vida del ser humano un derecho básico, puesto que de él derivan el resto, independiente de el sexo, raza, posición política o religión del individuo?
Nada mejor que acabar con humor tras estas horribles imagenes, te pido perdón si he herido tu sensibilidad.
Publicado con Blogsy
