viernes, 10 de mayo de 2013

Váyase sr. Rajoy

Imagen tomada de El Pais.

En la penúltima legislatura de Felipe González, allá por el año 1993, José Maria Aznar acuñó la celebre frase "vayase Sr. González, vayase". Por aquel entonces, tras más de 11 años de gobierno, el PSOE estaba encallado en una crisis de liderazgo por la corrupción generalizada (financiación ilegal, expolio de las arcas públicas por ministros y otros cargos políticos), el terrorismo de Estado y la crisis económica post-olimpiadas (primera de las crisis post-burbuja inmobiliaria).

Paradójicamente, 20 años después nos encontramos en una situación cuasi-similar: los casos de corrupción del boom inmobiliario empiezan a salir a la superficie como las setas tras las primeras lluvias; la crisis lleva 6 años con nosotros y no quiere irse, el PSOE post-zapatero zozobra en la tormenta del hartazgo del ciudadano y el PP de la mayoría absoluta no sabe a dónde va, con un Rajoy que ha convertido el programa electoral en papel mojado.

El Gobierno de Rajoy inicialmente estableció como primera prioridad gestionar la desastrosa situación económica heredada: casi 5 millones de parados, un déficit público del 11%, una prima de riesgo disparada y una amenaza de "default" (bancarrota) a la vuelta de la esquina. Pero mientras en ciertos ámbitos las decisiones tomadas han sido acertadas: la reforma laboral, la reforma de las caja de ahorro, la financiación de la banca (en realidad de las cajas de ahorro), etc; en el ámbito de cuadrar las cuentas públicas se ha optado por las recetas fáciles: subir los impuestos y recortar los gastos sociales. Obviamente es lo fácil porque se realiza por Real Decreto, los resultados se ven a corto plazo y no hay que gastar una sola neurona en elaborar unas medidas, que hay que consensuar y que pueden fracasar.

La subida de impuestos, ese gran mantra de los socialdemocratas, no solo no ha servido para aumentar la recaudación -basta recordar aquí la famosa curva de Lafter para explicarlo- sino que se ha matado el poco consumo interno que empezó aparecer a finales de 2011, y que era la única esperanza para la recuperación económica. La reducción del consumo privado provoca una reducción de la recaudación fiscal, que conduce a subidas de impuestos adicionales para compensar la caida de la recaudación, generando una espiral nociva que alarga la crisis e impide la recupareación económica. Para más inri, la subida de impuestos va en contra de lo defendido siempre por el PP y en lo comprometido en su programa electoral.

Sin embargo, el sr Rajoy no se ha atrevido a meter mano a los grandes problemas de España: la economia sumergida y el elefantiasico armazón autonomico, municipal y empresas y organismos públicos. Asi se da la paradoja que durante la crisis el número de empleado públicos alcanzó el máximo de 3,2millones, solo perdiendo 380 mil empleos desde ese máximo. Mientras que en el sector privado se han perdido más de 3 millones de empleos desde el comienzo de la crisis. Y, ¿por qué no se mete la tijera en este apartado? Porque hay que mantener la red clientelar de amigos y "hombre del partido" que sostienen el bipartidismo español.

Gráfico elaborado por @Absolutexe

Pero si quieres asustarte de verdad y descubrir que SOLO el 29% de los mayores de 18 años mantienen las pensiones, el Estado del Bienestar, a la miríada de empleados públicos y a los cientos de miles de puestos políticos que gozan de prebendas y salarios escandalosos, mira el siguiente gráfico.

Gráfico elaborado por @Absolutexe

Otro de los aspectos sangrantes de este Gobierno es que no haya puesto los recursos de Estado para hacer que la economía sumergida aflore y pague impuestos. Si aflorase sólo el 50% de la economía sumergida, que se cifra en un 19% del PIB, no habría que haber hecho recorte, ya que se habrian ingresado 60.000 millones de euros adicionales. Sin embargo, no solo no se ha perseguido a los defradadures, sino que se ha realizado una amnistia fiscal que ha favorecido a delincuentes y chorizos (Barcenas, Pujol, etc)

Gráfico elaborado por Expansión

Pero lo más indecente e imperdonable es que el presidente del Gobierno no se digne a aparecer ante la opinión pública a dar explicaciones y a contarnos cuál es el plan, cuáles los sacrificios y por qué se toman estas medias y qué resultados se esperan. Rajoy solo se siente cómodo hablando desde el plasma, haciendo un monologo que no admite preguntas.

Por último, la actitud "blandiblu" que el Presidente del Gobierno tiene frente al desafío catalán raya la sedición. Cuando un gobierno y un parlamento autonómico, que deben su legitimidad a la Constitución Española del 79, socavan los cimientos el edificio constitucional, el Gobierno de la Nación, como garante del orden constitucional debe usar todos los instrumentos legales para meter en cintura a estos individuos e instituciones. Y es que este, es otra bomba de efecto retardado dejada por Zapatero.

Por todos esto, váyase sr. Rajoy, váyase. Seguro que hay políticos mucho mejores en el PP para dirigir la nación.

 

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