viernes, 15 de octubre de 2010

Talante democratico





El pasado 12 de octubre, día de la Fiesta Nacional, el Presidente del Gobierno fue abucheado reiteradamente por una parte significativa del público presente en la parada militar celebrada en Madrid.

Este hecho y sus derivadas, no tendrían la mayor importancia tal y como dijo el Sr. Presidente del Gobierno de la Nación al calificarlos como "la rutina de todos los años", sino fuera porque ciertos dirigentes socialistas han cargado contra el público, calificando el hecho de "desvergüenza de una minoría que hizo mucho ruido como para que las personas decentes y demócratas no lo consintamos" Bono dixit. Otros como la Ministra de Defensa piden revisar el protocolo del acto para preservar el respeto a la Bandera y al Ejercito.

El cariz que esta tomando el asunto nos debería hacer reflexionar sobre la calidad democrática de nuestra democracia. Paso a detallar algunas cuestiones a tener en cuenta, siempre desde mi punto de vista, a la hora de evaluar la legitimidad del abucheo, no entro a valorar si algunos de los momentos en los que se produjo el abucheo fueron los adecuados (p.e. durante la Oración a los Caídos por España)

1. La Constitución Española (CE) ampara el derecho a la Libertad de expresión en su artículo 20, por tanto, los españoles que abuchearon al Presidente ejercieron este derecho.

2. Los "ultras" abucheadores, según los califica el Gobierno, ejercieron también su libertad de reunión, que también es un derecho constitucional recogido en el articulo 21 de la CE.

3. A pesar de lo que diga Bono los que abuchearon al Presidente tenían toda la legitimidad moral que da el principio constitucional al hacer recaer la Soberanía en el Pueblo.

4. El derecho a la critica, derivado de el de libertad de expresión, es un derecho bidireccional. No es muy democrático que los abucheos sean "una expresión del cabreo popular" cuando son contra dirigentes del PP (p.e. Boicot a la jornada de reflexión del 13-M de 2004 orquestado por el PSOE, ataques sindicales durante la huelga del Metro de 2010, persecución sindical al Consejero de Salud de Madrid, etc) y sean "antidemocráticos y sectarios" cuando los abucheos los recibe un dirigente del PSOE.

Los dirigentes de izquierda, todos ellos con "pedigree" democrático,deberían medir sus palabras y actos cuando hablan de todo aquel que no opinan como ellos. Muchas veces se podría dudar de su convicción democrática en base a sus declaraciones y actos, ejemplos hay muchos pero traigo solos unos como muestra:

- Pacto del Tinell: pacto de los partidos de la izquierda catalana para expulsar al PP de las instituciones.

- Cordón sanitario de los progres del cine y el arte para aislar al PP

Obviamente esta es mi opinión personal, visión sesgada por mi ventana a la realidad, como decía Ortega "yo soy yo y mis circunstancias"

Tras 32 años de democracia, creo firmemente que ha llegado la encrucijada de reconsiderar cómo queremos que sea nuestra democracia. Desde mi punto de vista, nuestra sociedad debe dar un giro de 180 grados, volviendo a los valores tradicionales que anclan al Hombre frente a la deriva nihilista y de lo políticamente correcto que han vaciado de referentes morales a la Sociedad y cuyos síntomas son:

1. El recurso a la violencia extrema y gratuita en todos los ámbitos. Las tasas de muertes violentas crecen exponencialmente año tras año, la violencia en las aulas se dirigen contra los profesores y los alumnos, cualquier excusa sirve a los antisistemas de izquierda para arrasar una ciudad, etc

2. Una tasa altísima de Ni-Nis, jóvenes que ni estudian ni trabajan, que hipotecan el futuro de una generación de españoles.

3. La indecencia moral de la corrupción política de los gestores públicos al manejar el dinero del contribuyente, ese que ponemos todos con nuestros impuestos

4. La falta de respeto a la Autoridad, ya sea en la figura del profesor, como de las Fuerzas del Orden.


-- Desde Mi Ipad

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