Operación blanqueo de Podemos

Desde que se convocaron estas segundas elecciones, el partido/movimiento politico morado ha pisado el acelerador en su viaje al centro, operación que realiza cada vez que se acercan unas elecciones.

Esta #OperacionBlanqueoDePodemos esta perfectamente organizada por los ideólogos del partido y sus altavoces mediáticos. Tanto es así que hasta la alcaldesa-abuelita recibe a las alumnas de un colegio de monjas, uno de esos colegios concertados que tanto odia podemos.

Y una cosa es la realidad paralela construida por los dirigentes de Podemos para construir el cambio revolucionario, que tal y como decía Gramsci (uno de los fundadores de Partido Comunista Italiano y fuente de inspiración de Podemos), nace del sentimiento de frustración de un pueblo indignado. Pero, para que la revolución triunfe, es necesario subvertir el orden de valores de la sociedad. Y otra cosa es la testaruda realidad, sino que se lo digan a la abuelita-alcaldesa que un año después ha tenido que cerrar su promesa electoral estrella. O a Tsipras, el león de la nueva Europa, que ha tenido que recortar pensiones, subir el IVA  2 veces o enfrentarse a huelgas generales contra sus políticas de recortes.

Este camaleonismo, que en política no esta bien visto y se etiqueta como chaqueterismo, Pablo Iglesias lo eleva al nivel de virtud en su obsesión por "asaltar la Moncloa". Y es que para Pablo, la táctica es lo primero y principal, y a ella subordina todo lo demás. Se fija un objetivo inmediato y se adaptan a él el planteamiento estratégico, el relato sobre el proyecto y la definición ideológica (tomado de Ignacio Varela).

Lo que Podemos odia, porque sabe que es su verdadero enemigo, es la libertad del individuo y el sentido de la responsabilidad que la libertad lleva indisolublemente unido.

Hemeroteca centrista de Pablo Iglesias

«Qué envidia de los españoles que viven en Venezuela, es un ejemplo democrático» (ver)

«(...)pido disculpas por no romper la cara a todos los fachas con los que discuto en la televisión» (ver)

Y para acabar un poco de humor:

“Hay que atraer a la ciudadanía descontenta pero suficientemente cómoda como para no volverse loca con cambios demasiado profundos”, insistió Iglesias, que confesó que “a mí también me parece una puta mierda pero necesitamos que estos cobardes con traje que tienen un Audi A4 y leen El País se atrevan a votarnos porque, si no, nos vamos a comer los mocos” Cortesia de El Mundo Today 

El gobierno de los perdedores

Pablo Iglesias en la presentación de su programa de gobierno

Hoy Pablo Iglesias ha contra-programado a Pedro Sánchez presentado su programa de gobierno para un gobierno de progreso, ese adjetivo vacío que usa para vender la supuesta arcadia feliz que trae el vendaval morado. El preámbulo de ese programa encontramos el siguiente párrafo:

Este gobierno debe priorizar el rescate de las personas que se encuentran en las peores condiciones, la creación de un empleo digno y con derechos y la reversión de los recortes en los servicios públicos que se han llevado a cabo durante los últimos años. Igualmente, debe ser un gobierno comprometido con la regeneración democrática que nuestro país precisa, para acabar con la corrupción y el nepotismo. Además, el Gobierno del Cambio debe impulsar una segunda Transición, capaz de estar a la altura de los desafíos que, en este momento histórico, tiene nuestro país en el ámbito social, institucional y territorial. En definitiva, el Gobierno del Cambio debe ser un gobierno que asuma el reto de profundizar nuestra democracia. Consulta la propuesta de Podemos

Podemos habla de un gobierno para el pueblo que ponga a la gente en el centro, pero sus actos ponen el acento en la gestión y el control de los poderes fácticos del Estado: el Ejercito, el Centro Nacional de Inteligencia (los espias), el Ministerio de Hacienda y hasta la tele pública.

La nota esperpéntica la pone el nombre que se inventa para el Ministerio de Administaciones Públicas que pasa a denominarse: Ministerio de Plurinacionalidad, Administraciones Públicas y Municipalismo  ¡Sin palabras!

Y aunque algunos se felicitan porque Pablo le ha puesto el listón muy alto a Pedro con el programa presentado hoy, pensando que así será imposible trague con el Gobierno del Cambio; lo cierto es que este programa esta diseñado para que el PSOE puede presentar la formación del gobierno con Podemos como una victoria de su habilidad para moderar a la izquierda asilvestrada. Así que lo que se ha presentado hoy es la invitación a la boda de Pedro y Pablo, la gran celebración de los perdedores de las elecciones del 20D: Pedro porque cosechó los peores resultados de la historia del PSOE y Pablo porque logró 42 diputados, los otros 27 pertenecen a las mareas y otras marcas que van por libre.

Y si los titiriteros fueran fascistas...

La polémica saltaba este fin de semana cuando el Ayuntamiento de Madrid, presidido por Esperanza Aguirre, se negaba a cesar a la Delegada de Cultura, Alicia Delibes Liniers. La misma Alicia comentaba en rueda de prensa:

"Mi responsabilidad política ahora mismo es tomar las decisiones que hemos tomado de manera contundente y rápida: es decir, la paralización inmediata de la obra, la demanda que hemos interpuesto en los juzgados y el cese de quien tiene la responsabilidad política directa de la contratación, que son los programadores" Ver declaraciones

Sin embargo, la prensa de la caverna mediática de la izquierda no ha parado de pedir la cabeza de la delegada alegando que la responsabilidad política debe llegar al máximo nivel por la gravedad de los hechos y el público involucrado, los niños. Y es que no es para menos, los titereteros, que tienen antecedentes por participar en manifestaciones y alborotos de grupo de extrema derecha, representaron una obra en la que se ahorcaba a un sindicalista, se violaba a una mujer maltratada y se lapidaba a un gay. La obra culminaba con un cartel en el que se leía "Viva Hitler, el holocausto es una gran mentira" Ver noticia.

Esta mañana el Alcalde de Valladolid, el polémico Francisco Javier León de la Riva, hacia unas declaraciones que incendiaban las redes sociales:

"Hoy dos titiriteros pasaran la noche en prisión preventiva (algo muy excepcional), sabiendo que se enfrentan a una denuncia muy grave: delito contra la libertad sexual.
Escribo esto para que nos pongamos en la piel de esos chicos: detenidos, acusados, encerrados y asustados con la que se les vienen encima, sabiendo que a partir de hoy van a tener que lidiar con la maquinaria mediática sin escrúpulos de una izquierda vengativa que no soporta la disidencia y aun menos perder las elecciones, y que sigue recurriendo machaconamente al "todo es fascismo.
Una obra satírica y carnavalesca que puede que fuera de mal gusto, que seguro que no era para niños, pero que como máximo ha sido un error de programación (y el responsable ya ha sido destituido por el ayuntamiento)" ver declaraciones. 

El grupo Democracia Nacional, al que pertenece la compañía teatral que representaba la obra, ha emitido un comunicado:

"Al respecto, y para indicar unas necesarias aclaraciones, debemos relatar lo que es, en realidad, la obra. En esencia, “La Bruja y don Cristóbal” procura representar, bajo las figuras recurrentes de cuentos y teatros, la “caza de brujas” al movimiento nacional-socialista que ha sufrido en los últimos años, con los montajes policiales estilo “Operación Pandora”. La obra está protagonizada por una bruja, que representa a los jóvenes que creen en la ley natural, y que se ve en la situación de enfrentarse a los cuatro poderes que rige la sociedad, esto es: la dictadura de los políticamente correcto, el feminismo, el movimiento gay y el laicismo". Ver comunicado

Esta bomba informativa salta a los medios de comunicación a los pocos días de la anterior polémica protagonizada por la delegada de cultura al retirar las placas de las calles dedicada a las Brigadas internacionales, la Pasionaria y a Indalecio Prieto, así como la demolición de los monumentos a Largo Caballero y Prieto de Nuevos Ministerios. Ver noticia.

Esta historia de política ficción tiene por fin poner de manifiesto la demagogia y el sectarimo de la izquierda, y que enlaza con lo que la cultura popular achaca a los médicos en la siguiente actitud un tanto farisaica: "Haz lo que yo diga, pero no lo que yo haga"