Se atribuye esta frase al primer conde de Romanones, cuando su secretario le comunicó el resultado de la votación para ser miembro de la Real Academia. A pesar de las promesas de apoyo a su candidatura por parte de los académicos -esto me recuerda a los apoyos que prometieron los delegados de COI a la candidatura de Madrid 2020- no logró ni un solo voto.
Haciendo balance político del 2013, tal y como toca hacer en los postreros días del año, no me vine a la cabeza otra frase que no sea la del conde de Romanones. Y es que la fauna política, sindical y patronal de nuestra querida España no se merece otro calificativo.
Así tenemos:
- Infantas que se dedican a tapar los chanchullos fiscales de su marido gracias a la "inmunidad" de los DNI de la familia Real.y cuando se descubre, no pasa nada. Bueno si, un terremoto de dimisiones en Hacienda.
- Sindicalistas metidos a plagiadores de maletas de piel con cargo al presupuesto de formación de parados. Pero lo más grave es que encargan copias de una marca española a chino. ¡Vamos, apoyando la producción "Made in Spain"!
- Defensores de la Sanidad Pública que se ponen malitos y, ¡oh casualidad! acaban ingresados en un hospital privado. Eso si, tratando de que no se notase, y cuando se descubre no cuentan que era una cuestión de vida o muerte.
- Mareas verdes en defensa del modelo de Educación Pública vigente inundando las calles, bramando contra el modelo educativo de la Comunidad de Madrid, cuando resulta que las evaluaciones de los alumnos de esta comunidad en los examenes de PISA son de los mejores de España, estando por encima de la media española y de la OCDE.
- Ministros de Justicia convertidos en justicieros que enmiendan la plana a los tribunales, dejando sus sentencias condenatorias convertidad en papel mojado gracias a una fiebre indultora.
- Un Gobierno, teóricamente de derechas, que solo se dedica a subir los impuesto, al más puro estilo socialdemocrata.
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