Tras una visita al Museo de Ciencias Naturales, consecuencia de una tarde otoñal adornada por la lluvia y el frío serrano, me vino a la cabeza escribir sobre un tema que me ronda la cabeza desde hace tiempo: ¿Por qué el ser humano es tan especial y único? ¿Qué ha sucedido en la evolución para que un animal se transforme en ser humano?
Como científico creo en las evidencias fósiles que nos hablan de la evolución de las especies. La teoría de la evolución de las especie por medio de la selección natural fue publicada por Charles Darwin en 1859 en su libro "El Origen de las Especies". Así, el hombre como animal es el resultado de una compleja evolución que ha desembocado en la creación del ser inteligente que somos.
¿Pero qué nos hace ser tan diferentes y especiales?
Hasta el siglo XIX el hombre se había considerado el rey de la Creación y un ser especial tocado por la gracia divina. Como consecuencia del avance científico, frente a esta concepción de "ser elegido" se fue abriendo paso la teoría de que el hombre solo era un animal un poco más evolucionado. A esta teoría contribuyeron especialmente el desarrollo de la arqueología, la genética, la biología y la antropología.
Pero el apuntalamiento de la teoría que abogaba por un hombre igual al restos de los animales con un grado de evolución algo mayor vino de los avances en genética molecular, neurología y psicología. El desciframiento del genoma a finales de los 80 del siglo pasado permitió conocer que el genoma del hombre y del chimpancé solo se diferencian en 3%. La neuropsicología nos ilustró con ejemplos del desarrollo de habilidades complejas en los animales (p.e. Chimpancé usando una piedra para romper la cascara de una nuez). Así, los científicos del siglo XX concluyeron que la inteligencia humana solo era un hecho bioquímico ligado a la evolución y al volumen que había alcanzado el cerebro humano.
Pero quedaban muchas interrogantes por responder: ¿Por qué cualquier niño de 4 años es capaz de resolver problemas complejos? ¿Es capaz de manejar herramientas manuales y digitales fuera del alcance de cualquier animal? ¿Por qué ese mismo niño puede trasmitir sus ideas usando el lenguaje verbal, escrito y pictografico?
A partir de principios del siglo XXI empieza a haber una corriente científica que reivindica la unicidad del Hombre, basándose en que a pesar de que la biología no nos aleja tanto de otros homínidos, hay algo distinto en nuestros cerebros que explica porque nosotros somos capaces de crear sociedades complejas y altamente tecnificadas. Una de las facetas humanas que más nos diferencia de los animales es la capacidad de crear arte, todavía no conozco a ningún animal capaz de pintar la capilla Sixtina, de componer las "cuatro estaciones" de Vivaldi o esculpir la Venus de Milo. Si quieres saber más te recomiendo el capitulo 88 del programa Redes.
Otra faceta fundamental en el ser humano es su humanidad, valga la redundancia; entendiendo humanidad como la capacidad de empatizar con el prójimo, el sacrificio personal por el bien común del grupo, el establecimiento de unas normas éticas y de convivencia y la creación de sociedades organizadas y regladas.
¿Qué más nos hace ser único?
Qué tras más de un siglo de escrutinio del espacio, no hemos hallado ningún vestigio de vida inteligente. Esto nos tiene que hacer sospechar que pasa "algo". Sabemos que la probabilidad de encontrar vida fuera de la Tierra es altísima, la ley de probabilidades así lo atestigua. Por tanto, deberíamos haber encontrado signos o señales de civilizaciones tan o más avanzadas que la nuestra. Hay que tener en cuenta, que nuestro planeta es una ruidosa casa en e, vecindario (estamos las 24 horas del día emitiendo señales de radio, televisión, etc).
En los EE.UU. hay un debate salvaje sobre la creación del universo y el hombre, dos posturas se enfrentan en una lucha encarnizada que tiene por campo de batalla las escuelas y la literatura. Frente al evolucionismo, defendido por científicos y el peso de las evidencias, se antepone el creacionismo, defendidos por las iglesias evangélicas.
En mi modesta opinión la respuesta es más sencilla que ese debate estéril, en la evolución humana hay algo especial que sucede al homo sapiens sapiens frente a sus antecesores, y no es otra cosa que es el alma. Como refleja el fresco de la capilla Sixtina, hay un momento de la evolución del hombre en el que Dios toca al homo sapiens sapiens, insuflandole el alma y la espiritualidad. Será a partir de ese momento, que el hombre comienza a darse cuenta del Yo y el Nosotros, de la existencia de otra vida tras la muerte, su pequeñez frente a la Naturaleza y los designios divinos, así como de su unicidad como ser.
¿Cómo lo sabemos?
Porque en ese momento el hombre comienza enterrar a sus muertos con ritos funerarios, así como a acompañar al cadáver con vestidos y objetos cotidianos (habitualmente elementos que el muerto usaba en su vida diaria), con la idea de que los use en la otra vida.
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